viernes, 4 de diciembre de 2015

LA CASA DE LOS PAVOS REALES



Es una de las obras destacadas de Virginio Colombo. Un arquitecto italiano afincado en Buenos Aires que aporto importantes obras al modernismo en la ciudad. Dentro de un eclecticismo inserto en el Art Nouveau, la Casa de los Pavos Reales  debe su nombre a los 8 ejemplares, esculpidos en piedra gris, colocados en la estructura de granito rojizo de los balcones del primer piso. Construida en 1912, acaba de cumplir 103 años.  



 https://www.flickr.com/photos/sarmiento-cm/albums/72157661539815589


La Casa de los Pavos Reales impacta por sus detalles y la  estructura de sus balcones. Es una muestra destacada del modernismo en Buenos Aires. Una ciudad que se caracteriza por tener una arquitectura de estilos diversos, técnicamente impecable y artísticamente notables. El edificio de  Virginio Colombo encaja a la perfección en esa definición. Dentro del eclecticismo inserto en el Art Nouveau, está es una de las obras más conocida y mencionada de este arquitecto italiano que encontró el Buenos Aires el espacio propicio para desarrollar su obra.

El nombre no es una simple mención. En los documentos oficiales, también se refieren de esta forma a este edificio ubicado en la Avenida Rivadavia, en el barrio de Balvanera, con cuatro portales residenciales (3216,3220, 3222 y 3236), tres plantas en el primer cuerpo, dos en el segundo, 14 departamentos residenciales en total y construido en 1912.  

Este nombre casi literario no es antojadizo, se debe a los cuatro pares de pavos reales esculpidos en piedra gris, enfrentados de a pares, de casi dos metros de largo y colocados debajo de las ventanas de la primera planta en el frente del edifico. También podría haberse llamado “La Casa de los Leones”, pero no fue así. Al fin y al cabo, los ocho leones que sostienen los cuatro balcones de la segunda planta tienen una magnitud mayor que los pavos reales. Pero las aves están insertas en un conjunto de hojas y volutas que decoran los balcones de granito color rojizo y que contrasta con el gris de los animales.  Ese detalle las hace más destacables.

lunes, 16 de noviembre de 2015

ÁRBOLES DE BUENOS AIRES: EL JACARANDÁ



Su nombre viene de la lengua tupí-guaraní hakuã (que tiene perfume) y renda (sitio, lugar). En suma, ha sido traducida al castellano como “fragante”. Es un árbol de follaje caduco, de gran porte y resistencia – hasta 18 metros de altura – copa ancha y ramificada – entre 4 y 6 metros de diámetro – una longevidad de más de 100 años y vistosa floración, presente en ramilletes de 20 a 30 centímetros de flores color azul violáceo durante los meses de noviembre a diciembre y en ocasiones en febrero. El fruto es leñoso y con forma de castañuelas. Es oriundo de Brasil, Bolivia, Paraguay y el noroeste de Argentina. Y fue introducido en Buenos Aires por el paisajista francés Carlos Thays.






Su nombre viene del guaraní hakuã (que tiene perfume) y renda (sitio, lugar). En suma, ha sido traducida al castellano como “fragante”. Es un árbol de follaje caduco o semicaduco, de gran porte y resistencia, copa ancha y ramificada, vistosa floración y una longevidad de más de 100 años. Es oriundo de Brasil, Bolivia, Paraguay y el noroeste de Argentina. Y fue introducido en la ciudad de Buenos Aires por el paisajista Carlos Thays en la primera década del siglo XX. 

viernes, 23 de octubre de 2015

MURALISMO EN BUENOS AIRES


Buenos Aires no es una ciudad que se caracterice por el muralismo. Pero desde hace unos años, los murales, el graffiti  y al arte callejero o “street art”, han encontrado espacio y estimación entre sus habitantes. Nuevos creadores se han incorporado, ganado espacio en  una ciudad que combina el arte con su mejor tradición arquitectónica. Aquí una vista general de este fenómeno, pasando por los murales del Subterráneo de Buenos Aires, las Galerías Pacífico, la Galería Santa Fe, el muralismo combativo de Ricardo Carpani y el Grupo Espartaco o la temática social en el arte mural de Quinquela Martín en La Boca. 

Galería de imágenes en este enlace a Flickr

 


Mural de Martín Ron y Nase en la esquina de Scalabrini Ortiz y Soler del barrio de Palermo, en Buenos Aires
El efecto sobre el espectador, la interacción de la obra con su entorno, las posibles reacciones de los observadores y otras preocupaciones por el estilo, han marcado desde siempre la obra de los artistas. En ese contexto, el mural es una disciplina que busca dejar el caballete, el taller y sus paredes, la galería y sus focos, para instalarse en medio del espacio público.

En la ciudad de Buenos Aires, en el comienzo de las expresiones artísticas murales, ese espacio público estuvo restringido a las iglesias. Luego le siguieron las cúpulas de los grandes teatros o cines, las entradas y vestíbulos de los edificios, las galerías comerciales y especialmente las nuevas estaciones del transporte subterráneo. Más tarde, el mural empezó a tener un lugar destacado en las paredes de las calles o en las alturas de las medianeras de los edificios. Al final, la fachada de muchas casas son decoradas con murales temáticos o expresiones libres. Así, Buenos Aires, que no es una ciudad con la tradición muralista de México – por ejemplo – está teniendo una progresión significativa de esta manifestación artística. Al mismo tiempo, junto a ese impulso, se produce una revalorización de los murales existentes y que por diversas razones fueron condenados al olvido.  

viernes, 2 de octubre de 2015

“HOMENAJE A BUENOS AIRES”, Mural de Guillermo Roux.



“Homenaje a Buenos Aires” es el nombre que Guillermo Roux le dio al mural que realizó en el hall central del edificio que perteneció al Banco de Boston, en la zona de las Catalinas Norte en el centro de la ciudad de Buenos Aires. La obra es una alegoría al sincretismo cultural producido en la ciudad a fines del siglo XIX y comienzos del XX, donde las mezclas entre lo autóctono y la inmigración dieron nacimiento al tango.




Todo empezó en medio de la mayor crisis económica, política y social de Argentina. Algo similar a la que ya había tenido este país en 1890. Pero en el 2001 fue peor aún. Ese año la Fundación Banco de Boston (ahora banco ICBC) hizo una convocatoria para la realización de un mural en el hall central del edificio de la calle Della Paolera 265, sede de la institución. La idea de la propuesta artística había sido sugerida por el arquitecto César Pelli, diseñador y constructor de la torre situada en la zona de Catalinas Norte, contigua a la Avenida Leandro N. Alem, y que se la conoce popularmente como la “Torre Bank Boston”.

El ganador del concurso fue Guillermo Roux, uno de los artistas argentino más reconocidos en el ámbito nacional e internacional. Roux se ubicó en el conocimiento del gran público al obtener el Gran Premio Internacional de la XIII Bienal de San Pablo en 1975. Luego siguió una amplia y variada trayectoria en diferentes países. En el año 2007 la ciudad de Buenos Aires lo reconoció con el título de “Ciudadano Ilustre de la Ciudad”.   Y hace menos de dos años, expuso veintiuna obras suyas en la estación de subterráneos San José de Flores. Fue un homenaje de la empresa – en ocasión de la inauguración de la nueva estación – al artista que nació en ese barrio el 17 de septiembre de 1929. Su nombre siempre se cuenta entre los grandes artistas argentinos.  

jueves, 13 de agosto de 2015

ÁRBOLES DE BUENOS AIRES: EL PALO BORRACHO



Palo borracho, toborochi, yuchán, algodonero, palo botella, árbol de la lana, palo barrigudo, samohú, samuhú, ñandubay y painero, son algunos de los nombres populares que recibe en América esta especie conocida científicamente como Chorisia o Ceiba Speciosa, originaria de las selvas tropical y subtropical de Sudamérica. Es una de las principales variedades de árboles de Buenos Aires.

 

Palo Borracho en floración junto a la escultura "Centauro Herido" de Antoine Bourdelle. Plaza Urquiza, Buenos Aires



Su principal característica es el tronco, angosto en los extremos inferior y superior, y de marcado engrosamiento en el centro que puede alcanzar hasta los 2 metros de diámetro. Le sirve para almacenar agua y resistir en meses de sequía. Las flores, semejantes a una campaña tubular, son blancuzcas cremosas en el centro y rosa o amarilla hacia la periferia de los 5 pétalos. En Buenos Aires se lo utiliza como árbol ornamental en parques y grandes avenidas. 


Galería de Palos Borrachos o Ñandubay en la plaza San Martín de Buenos Aires.

Su altura oscila entre los 6 y los 12 metros en Buenos Aires, pero en su hábitat natural al norte de Argentina, Paraguay, este de Bolivia y zona meridional de Brasil, puede alcanzar hasta los 25 metros.
Su tronco bombáceo está protegido por gruesos aguijones cónicos que aparecen al año de edad. En ejemplares jóvenes, la corteza es de color verde por su alto contenido en clorofila, lo que le permite realizar la fotosíntesis cuando le faltan las hojas en invierno. En la edad adulta se endurece y torna grisáceo. Las ramas aparecen de forma natural cumplidos los dos años de edad y tienden a ser horizontales y recubiertas también con aguijones. 

miércoles, 8 de abril de 2015

HERAKLES ARQUERO Y CENTAURO HERIDO. Dos Obras de Antoine Bourdelle



En la ciudad de Buenos Aires están tres de las mejores obras de Antoine Bourdelles: Herakles arquero, Centauro Herido y el Monumento al General Alvear. A esta última, el autor la considera su obra maestra en el arte monumental. Las otras, son expresiones de momentos contrapuestos en su proceso creativo. Herakles arquero es la obra más famosa de Bourdelles. Terminada en 1909, se hicieron 10 copias del original con destino a diversas ciudades como Nueva York, Dallas, Toulouse o París. La imagen se llegó a reproducir hasta en los cuadernos escolares de los niños.


 Herakles Arquero

La imagen potente se percibe en su magnitud  ni bien el observador se colocar a corta distancia. No tiene un tamaño monumental como podría imaginarse. Esta figura de Hércules es una escultura de bronce hueco hecha a la cera perdida. Tiene una altura de apenas 2,40 metros, una longitud de 2,30 metros y una profundidad de 1,32 metros. Pero sus particularidades estilísticas generan la imagen de un volumen extenso de mayor magnitud. Pesa 500 kilos y está ubicada en la plaza Dante, sobre la Av. Pueyrredón, entre las avenidas Libertador y Figueroa Alcorta, muy cerca del Museo Nacional de Bellas Artes.

Mucho se insiste sobre el padrinazgo del escultor Auguste Rodín sobre Bourdelles. Es cierto que fue su discípulo. Estudió con él entre 1896 y 1904. Luego trabajaron juntos varios años más. Pero Antoine Bourdelles desarrolló un estilo propio y de ruptura con el sentido romántico de Rodín. Según diversas fuentes de la crítica, Bourdelles establece con el Herakles arquero, una bisagra en la escultura del siglo XX. Su importancia radica en la integración de las líneas planas  y los vacíos que envuelven, para generar una idea de volumen de magnitudes mayores a las que son en la realidad. Es el paso obligado del arte de fines del siglo XIX a la modernidad de la primera mitad del siglo XX.  

viernes, 27 de marzo de 2015

ÁRBOLES DE BUENOS AIRES: LA MAGNOLIA

Buenos Aires es una de las ciudades sudamericanas que se caracteriza por su variado y destacable patrimonio arquitectónico y paisajístico. La ciudad es como un muestrario de estilos. Fue obra de sucesivas generaciones. Pero en el paisaje, es central la figura de Carlos Thays. Diseñó los principales espacios verdes y recuperó la flora autóctona como elemento ornamental y aclimatador de la ciudad. Eligió especies con floraciones amarillas, violetas, rojas, fucsia y blancas para que contrastaran con el verde intenso de las hojas. En ese conjunto se destacan  el ceibo, el lapacho, el jacarandá, el ñandubay o palo borracho, la tipa, el ombú, los plátanos, los tilos, arces y fresnos, como así también los diferentes tipos de acacias. En este caso les presento LA MAGNOLIA.  




Magnolia grandiflora, magnolia común o simplemente Magnolia. Esa es la especie que hay en Buenos Aires. Una de las 120 que componen este género botánico, originario del sudeste de Estados Unidos y luego extendido por Méjico, el Caribe y resto de América. Evolucionó antes que aparecieran las abejas y desarrolló una flor que pudiera ser polinizada por escarabajos, de ahí la dureza de  los carpelos y tépalos. Se han encontrado muestras fosilizadas de Magnlia acuminata con 20 millones de años. Es un árbol siempre verde, de hasta 28 metros de altura. Las hojas son simples y ovales de 12 a 20 cm de longitud y de 6 a 12 cm de ancho. Las flores son grandes, con mucha fragancia y de color blanco alcanzando los 30 cm con 6-12 pétalos de textura cerosa. El nombre responde al botánico francés Pierre Magnol y Garndiflora es un epíteto latino por “flores grandes”. 

martes, 27 de enero de 2015

JULIO CORTÁZAR Y JULIO SILVA EN LAS FOTOS DE SAIGNON


Formaron un tándem que dejó varias trabajos en el catálogo de las obras necesarias para cualquier persona. La Vuelta al día en ochenta mundos, Último Round, Silvalandia, son algunas de ellas. En la parodia del combate que muestran las fotos, se representa una relación fluida y entrañable. Fueron sacadas en Saignon, un pequeño pueblo en el que ocurrieron muchas más cosas que este “combate del siglo”.




Ellos lo bautizaron “El Combate del Siglo” y tuvo lugar en el verano de 1972 en Saignon, en los alrededores de la casa de Julio Cortázar. Es casi seguro que recibió ese nombre por la pelea Dempsey-Firpo de 1923 – en Nueva York – que la prensa mundial bautizó con ese nombre. Y al final la parodia quedó temporalmente en el medio de otro “combate del siglo”, el que protagonizaron Carlos Monzón-José “Mantequilla” Nápoles en 1974, en Puteaux, cerca de París. Se sabe, que ambos combates, fueron de máxima atención para Cortázar, al que le gustaba el boxeo. 

Este combate de “los Julio” no tiene nada de épico en el mundo del boxeo y el lugar, incluso, es un pequeño pueblo de la región francesa de Provenza-Alpes-Costa Azul. Saignon tiene hoy apenas 1.058 habitantes y para la época de la foto apenas llegaba a 600.  El escenario, el paisaje que muestran las fotos, no es un parque, un patio o un espacio privado; simplemente es el campo abierto que quedaba a las puertas de la casa, que Julio Cortázar solía utilizar para retirarse a escribir cuando no estaba en París o de viaje. Saignon está a 63 km al norte de Marsella en una zona de serranías de no más de 500 metros sobre el nivel del mar. 

Sobre este lugar, hay una buena descripción de Alain Sicard, catedrático de la Universidad de Poitiers, primer director del Centro de Investigaciones Latino Americanas (CRLA) y el fundador del Fondo Julio Cortázar de ese centro perteneciente a la universidad.