Hoy se llama Palacio Lezama, pero durante un siglo fue la Fábrica de Bizcochos Canale. En el número 320 de la Avenida Martín García todavía está el cartel que dice “Entrada de Obreros”. Y el 326 está la entrada principal como en los viejos tiempos. Solo que ahora es el ingreso a las oficinas de 3 ministerios del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El Edificio Canale forma parte del patrimonio histórico industrial de Argentina y un punto clave en la arquitectura de la ciudad de Buenos Aires, al estar localizado en el vértice que une los barrios de La Boca, San Telmo y Barracas.
Pocas empresas en
el imaginario popular concentran la idea de nacionalidad como los Bizcochos Canale. Podría citar al polvo
para hornear Royal, las alpargatas de
la Fábrica Argentina de Alpargatas, los autos Rastrojero y Torino y
poco más. Son marcas de la empresa privada argentina, de los tiempos en los que
la empresa privada tenía alguna idea de nacionalidad. Un sentido que se
contrapone con el paradigma de estos tiempos, en los que parece que vender o
asociarse al capital internacional es el “futuro”.
La fábrica de Bizcochos Canale también es la muestra
casi perfecta de una empresa que se hace de la nada, por un inmigrante que no
tenía nada cuando llegó al Río de la Plata. Deberíamos tener en cuenta que toda
la inmigración que recibió Argentina entre los años 1870 y 1914, llegó con la
promesa de acceder a tierras cultivables y un futuro de campesino próspero en
pocos años. Pero nada de eso era cierto y – con suerte – podía acceder a un
arrendamiento de tierras a un costo altísimo. Lo normal era que terminara
formando parte de la peonada. En el marco de esta fantasía frustrada, se
produce la alta concentración de inmigrantes en los centros urbanos. Uno de
ellos era el Sr Canale, como se lo
conoció años después de su éxito a José Canale, un genovés que se instaló en el
barrio de San Telmo, a diferencia de sus coterráneos que se afincaron en el
barrio de La Boca. Canale llegó al
puerto de Buenos Aires con algunos conocimientos de panadería y una receta
casera de unos bizcochos que luego lo harían rico, famoso y casi un emblema de
argentino emprendedor.
En 1875 instaló
un negocio de elaboración y venta de pan en la esquina de las calles Defensa y
Cochabamba, en el barrio de San Telmo. Ese es el origen del posterior negocio
familiar que tuvo muchas derivaciones, fabricando pastas secas, dulces y
mermeladas, encurtidos, conservas y años más tarde elaborando vinos. En todas
las áreas en que incursionó este equipo empresario familiar fue exitoso. Tuvo
el mérito también, de haber sido uno de los primeros emprendimientos que
entendió a la perfección, el valor de la publicidad realizada de manera
constante y en los lugares claves.
Aunque Canale
murió joven (en 1888, a los 44 años) el negocio siguió su crecimiento bajo la
batuta de su viuda, Blanca Vaccaro, que con sus 5 hijos formó el equipo
familiar para el desarrollo posterior. En 1890 importaron las primeras máquinas
para la producción industrial en gran escala de sus bizcochos y panes dulces. En 1901 se presentan en sociedad los bizcochos
tal como se los conoce hoy. Tuvieron un gran impacto. Porque era el primer
producto de panificación, fabricado en el país, que podía competir con cierto
éxito ante las galletas importadas de Inglaterra y Francia. Las únicas en su
tipo en el comienzo del siglo XX.
En 1910 el crecimiento comercial tiene cierta
magnitud y su consecuencia es la construcción de una planta industrial, con una
infraestructura que supere el negocio de tipo familiar del barrio de San Telmo.
Se instalan en una planta en la calle Patagones 123 y en apenas tres años, la
producción exige otro espacio mayor. Construyen entonces el edificio de la
avenida Martín García 320 al 364. Un predio de más de 100 metros de largo por
70 de profundidad, que comienza su funcionamiento con la mejor tecnología de la
época. La obra es dirigida por Amadeo, Julio y Humberto Canale, este último
ingeniero civil y único universitario de los 5 hijos de José Canale.
La fábrica de Bizcochos Canale hacia 1925 |
A los largo del
siglo XX, la empresa lanzó una serie de productos que forman parte del
imaginario popular en material de alimentación, Son marcas que todavía existen
porque han logrado tener vida propia más allá de quién sea el fabricante. La
marca y la fórmula de elaboración garantizan ventas seguras. Es el caso de los
bizcochos, las conservas, las mermeladas y la galletitas Cerealitas.
En 1985 la planta
industrial sufrió un incendio que afectó seriamente el material industrial
instalado. Esto produjo algunos problemas financieros en la estructura de la
empresa. El resultado fue que la familia Canale se terminó retirando del
negocio. En 1994 fue adquirida por la empresa SOCMA (propiedad de la familia
Macri) que poco hizo por la sobrevivencia de la empresa y de la marca, hasta que en 1999 la internacional
Nabisco adquiere en una sola operación la empresa Canale y Terrabusi,
quedándose prácticamente con el monopolio del negocio en materia de galletas.
Nabisco, cuyas
intenciones era hacer pie en el Mercosur, trasladó casi toda su producción a
Brasil y las instalaciones tradicionales de ambas fábricas quedaron paralizadas.
Alrededor de 10 años estuvo vacío este edificio que hoy luce como en sus
mejores tiempos. En el año 2006, la 23ª edición de la muestra de diseño y
arquitectura de la Fundación Oftalmológica Argentina se hizo en este edificio
para marcar el punta de partida de un proceso de revitalización de los barrios
tradicionales de San Telmo, La Boca y Barracas. Es la primera gran recuperación
de la estructura arquitectónica. La muestra fue un éxito de público, de ideas y
aportes profesionales y de interés empresario. Entre los años 2012 y 2014 un
emprendimiento particular le agregó dos plantas más, vidriadas, con el fin de
explotarlas como centro de oficinas.
Pero fue el
gobierno de la Ciudad de Buenos Aires quien finalmente se quedó con el
edificio. En el 2014 le encargó al Estudio Mc Cormack la realización de un
proyecto que se llamó “Edificio Canale”. La obra
estuvo a cargo de la arq Emilce
Argüello y de la constructora LUMI Construcciones SA. Actualmente funcionan los ministerios de
Modernización e Innovación, Espacio y Ambiente Público, Desarrollo Urbano y
Transporte y otros organismos del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
La realidad hoy
indica que se recuperó un edificio importante del patrimonio histórico
industrial de Argentina, al tiempo que se revitalizó notablemente un área de la
ciudad que estaba claramente rezagada en su desarrollo. El Parque Lezama tiene
ahora en su flanco sur una perspectiva más amigable y las calles aledañas de lo
que hoy se conoce como Palacio Lezama han tomado un ritmo comercial mucho más
intenso.
Fotos: ©sarmiento-cms
Siempre pasé por ahí y me preguntaba cuál era la historia de ese edificio. Hasta de madrugada haciendo delivery por las calles de barracas. Tiene algo magnético lástima la historia de la empresa.
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