Escena de novela negra. Eso es lo que sugiere
esta imagen de la esquina de Avenida Garay y Paseo Colón. Aunque la escena
también podría ser la de tres jóvenes que
marchan alegremente hacia una noche feliz. El lugar no tiene nada de histórico
ni han ocurrido sucesos clave en la
historia de la Ciudad de Buenos Aires. Podría ser solo una cuesta, igual que
otras que tiene la barranca que - en
otro tiempo – daba con el Río de la Plata. Sin embargo, ciertas casualidades
han dejado su impronta en esta esquina. Por ejemplo, el mural Educación o Esclavitud.
A cien
metros del Parque Lezama, este lugar
podría ser uno más de paso. En los registros urbanos solo apareció en la prensa
en junio de 1966, cuando se incendió el enorme depósito del servicio oficial de
Correo de Argentina, que dependía de la
Secretaría de Comunicaciones del gobierno nacional. El predio ocupaba toda la
manzana de Av. Garay, Balcarce, Brasil y
Paseo Colón. Desde ese tiempo hasta hoy, solo fue ocupado parcialmente por la
Dirección Antártica del Ejército argentino. un
sitio al que nadie le presta atención,
pero que en su interior alberga el Museo de las Actividades Antárticas “Gral Hernán Pujato”. Un lugar donde se
pueden ver todo tipo de artefactos, aparejos, instrumentos y medios de
movilidad que se usaron en las distintas campañas antárticas terrestres de
Argentina.
Otros
seguramente recuerden esta esquina porque es “la esquina del mural”. Una
obra que sin duda ven a través del autobús, cuando gira desde Paseo Colón, para tomar la Av. Garay en dirección a la
Plaza Constitución, el principal centro ferroviario del sur de la ciudad. Pero esa “esquina
del mural”, es la que contiene en uno de sus muros, una de las principales obras
del muralismo argentino. A través de este enlace, pueden acceder a una nota en
este mismo blog, que publiqué en 2015, y que se titula MURALISMO EN BUENOS AIRES.
La obra
fue realizada por El Taller Muralista de la Unión de Trabajadores de la Educación.
Se titula “Educación o Esclavitud” y tiene unos 300 metros cuadrados. No
es posible circular por esta esquina sin ver sus imágenes, que representan a un
grupo de maestros enfrentando a las fuerzas de represión que persiguen el
reclamo popular. El tema – en un país
como argentina – es atemporal, puesto
que la metodología de la represión, como
sistema de solución de problemas, sigue siendo tan vigente como a finales del
siglo XIX. La calidad de la obra desde
el punto de vista artístico ha sido remarcada por los expertos. Pero a simple
vista, también se puede observar que el nivel técnico del trabajo es de
primera. Ha sobrevivido a la lluvia, la humedad y la desidia de todos los
gobiernos desde junio del 2001 (cuando se realizó) hasta ahora sin ningún mantenimiento.
Hoy la
esquina va a sumar un nuevo vecino
ilustre, la sede central del Banco Santander Rio. Es el edificio vidriado e
iluminado que se ve al fondo de la foto.
Como se puede deducir, los arquitectos no se han esmerado mucho en el diseño.
Pero sin duda, esa central de operaciones traerá un importante movimiento. Este
ya no será de paso. Unos vendrán por trámites y otros se sumarán a sus
trabajos. Igual que los empleados de la
Administración Nacional de Aviación Civil, que se encuentra a escasos 30
metros.
Pero por
las noches, la esquina es una cuesta que da
para la imaginación. En ese silencio suenan las voces de antaño, los de
la cuesta de la Barranca de la Punta Catalina, que era como se llamaba en tiempos de
la fundación de la ciudad, a este extremo, cuyo punto más alto tiene hoy al
Parque Lezama.
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