viernes, 12 de julio de 2019

RIBERA DE LUCES


Cada noche, se encienden las luces de la ribera de la ciudad. No es un malecón al uso como el de tantas otras ciudades portuarias. La ribera de Buenos Aires está ocupada por el remanente del antiguo Puerto Madero. En el lado oeste de las dársenas de amarre, los viejos almacenes de los cuatro Docks que lo componen, fueron reciclados.  Y en el lado este, se construyó un barrio nuevo de gran despliegue arquitectónico. Cambió la fisonomía de la ciudad, pero los porteños siguen sin ver el río. En su lugar,  tienen una ribera de luces.


Pasaron casi 100 años para que este puerto denominado Madero encontrar su verdadera función e inserción en la ciudad de Buenos Aires. La obra empezó en abril de 1887 y se habilitó el complejo completo en marzo de 1898. Pero solo funcionó plenamente como puerto de viajeros y carga y descarga de mercancías, apenas 10 años. Quedó obsoleto en la primera década del siglo XX por la evolución y aumento del tamaño de los barcos de los servicios de ultramar. En 1919 fue reemplazado por el actual Puerto Nuevo, que había pensado el  ingeniero Huergo en 1880 y perdió la competencia del proyecto con Eduardo Madero.

Entre 1920 y comienzo de la década de 1990, los viejos almacenes de ladrillos rojizos diseñados por los ingenieros  ingleses Hawkshaw, Son & Hayter  y construidos por la firma alemana Wayss & Freytag  Ltd, alrededor de 1905, no cumplieron más función que la de ser auxiliares de algunas  dependencias del Estado, como el Correo Internacional o la Armada Argentina. Con el tiempo, muchos de ellos se fueron deteriorando en su estructura por la falta de uso y mantenimiento edilicio.  



Recién en 1994 comenzó la obra de remodelación de este sector de la ciudad, que impedía el acceso directo de los porteños a la ribera del Río de la Plata. En el siglo transcurrido desde su inauguración, el sitio solo fue acumulando vagones ferroviarios en desuso en las vías muertas de actividad. Dice  la enciclopedia Wikipedia:

El gobierno de la ciudad inició, con el asesoramiento del ayuntamiento de Barcelona, los estudios del plan de reciclaje, convocándose en 1991 un concurso nacional de ideas, de donde surgió el "master plan" (plan maestro) para el nuevo barrio, del cual surgieron dos ganadores cuyas propuestas se fusionaron posteriormente, por lo cual el plan urbano del nuevo barrio fue obra de un equipo formado por los arquitectos Juan Manuel Borthagaray, Cristian Carnicer, Pablo Doval, Enrique García Espil, Mariana Leidemann, Carlos Marré, Rómulo Pérez, Antonio Tufaro y Eugenio Xaus. La realización de dicho plan significó la mayor obra de su tipo jamás realizada en Buenos Aires, con una inversión total por parte del Estado de cerca de 1000 millones de dólares.



El desarrollo pleno del actual Puerto Madero,  no alcanzó su desarrollo pleno hasta el año 2006 y 2007. Pero la inversión realizada hacia el final del siglo XX, tuvo una proyección geométrica  en desarrollo arquitectónico, diseño de nuevos espacios de entretenimiento y esparcimiento, la  gastronomía y actividades deportivas.

A diferencia  de la gran obra portuaria de finales del siglo XIX,  este desarrollo urbanístico no para de crecer. Las sucesivas crisis  económicas argentinas parece n no afectar la inversión en esta parte de la ciudad. Bien es cierto, que aquí se concentra gran parte de las sedes de los principales inversores en  el país. El sector residencial es el más caro de Buenos Aires. Un informe del mes de enero pasado de la empresa Reporte Inmobiliario, indica que el precio promedio del metro cuadrado residencial es de 8.012 u$s.  Una cifra superior a la que se registra en Punta del Este, el exclusivo balneario uruguayo.





Pero si bien los residentes pertenecen a sectores sociales argentinos de altos ingresos, todo el paseo que rodea los cuatro diques es concurrido durante la semana por empleados de grandes corporaciones que tiene su sede en este barrio. Durante los fines de semana, es un paseo turístico obligado para los visitantes de  Buenos Aires y zona de relajación para porteños de todos los estratos sociales. Miles de personas utilizan los restaurantes del lugar. Y por las noches, es sitio obligado para una cena o encuentro lejos de los ruidos de la ciudad.

Por las noches,  Puerto Madero tiene  otra imagen, cambia el escenario para el visitante. Y en todo el recorrido, desde la Dársena Sur hasta la Avenida Córdoba, es una sucesión de luces. En cada una de ellas, hay una historia.
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Fotos: sarmiento-cms
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