jueves, 18 de marzo de 2021

REFLEJOS. LA OTRA REALIDAD.

 

La arquitectura del vidrio suele no ser tan grandilocuente  como la de mampostería monumental, que podemos ver en los edificios del último cuarto del siglo XIX y la primera mitad del XX.

Los años posteriores a la 2º Guerra Mundial fueron de una gran austeridad. Y el florecimiento económico de la reconstrucción europea no se caracterizó por emular  el monumentalismo de  hierro  y hormigón que habían dominado los años anteriores. La  construcción desde comienzos de la década de 1960, estuvo marcada por el  vidrio, el aluminio,  el plástico y  otros materiales considerados no tan nobles. 

 


 

Pero el nuevo estilo de construcción, basado en una estructura central de hormigón con los  ejes  básicos y nula  complejidad ornamental, permitió que los arquitectos le dieran un lugar preponderante al diseño. Los nuevos materiales - también es cierto - permitían despliegues de colores y juegos con la luz, que las pesadas estructuras de antaño no dejaban.

Esa arquitectura del vidrio, que se tradujo en espacios interiores de mayor caudal de luz, fue construyendo en las ciudades espacios de fantasía, por distorsión de las imágenes reflejadas. 

 


 

El juego de la luz y los efectos espejos, producen figuras diferentes y de tonalidades diversas, según sea el ángulo de observación. En este caso, el observador toma un protagonismo en el discurso creativo que antes no tenía. Un ciudadano de a pie, atento a las curiosidades que construye temporalmente la ciudad y la variación del tiempo solar, puede ser el autor momentáneo de una obra de arte cinético.

Porque a medida que se va modificando la posición de observación, aparecen múltiples ángulos en donde la figura original reflejada, cambia paulatinamente de formas, pasando de líneas rígidas a ondulaciones y deformaciones ópticas  que inducen a pensar que el objeto observado está en movimiento. 

 


 

Estas tres fotos fueron tomadas en las nuevas construcciones de Puerto Madero. El reflejo del mural de colores, se da sobre los paneles frontales del Edificio Zen City Contex,  en la calle Rosario Vera Peñaloza. Las otras dos corresponden a los reflejos que se dan sobre un edificio de la calle Victoria Ocampo, entre Olga Cosettini y la Av. Juana Manso.

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