martes, 14 de octubre de 2014

CALLE LANÍN, Arte y Vida Cotidiana

El gris urbano y cotidiano ha dejado su lugar a la explosión de color y de formas abstractas. En los 300 metros de esta calle de Buenos Aires, cuarenta fachadas fueron intervenidas por el artista Marino Santa María para producir, al final, una obra singular que no puede ser catalogada dentro del muralismo ni del graffiti.

El trabajo se inauguró en abril de 2001 pero está siempre en constante transformación. Ahora se incorporan nuevas formas en mosaico veneciano y trencadís. El fenómeno creativo y la génesis de la obra, no es solo fruto del empuje del artista, sino también de la participación de los vecinos y el compromiso social con la propuesta artística




Nada es más extraño e impactante que dar de golpe con un estallido de color, en contraste con un paredón ocre y grisáceo.  Es lo que le ocurre al paseante desprevenido, cuando camina junto al terraplén del ferrocarril que va paralelo a los primeros metros de la calle Lanín, desde Brandsen en dirección a la Av. Suarez. 

En los 300 metros que siguen, la totalidad de su recorrido, la calle muestra lo mejor del suburbio porteño, al tiempo que es la muestra acabada de un proyecto concreto y consumado de arte público de la ciudad de Buenos Aires. El autor de la propuesta es Marino Santa María, un artista plástico de envergadura, prolífico en arte en la calle,  que luego de experimentar en diversas técnicas, decidió transformar su calle de la infancia en una suerte de galería de arte a cielo abierto.  

La calle Lanín es una obra singular que no puede ser catalogada dentro del muralismo ni del graffiti, por eso – quizá – la mejor definición sea la de “Arte público”. El fenómeno creativo y la génesis de la obra, no es solo fruto del empuje del artista, sino también de la participación de los vecinos y el compromiso social con la propuesta artística. La idea artística generó un diálogo entre la comunidad que produjo un nuevo escenario, fiel a su origen pero lleno de otra vitalidad. 

En el informe sobre la obra publicado en el Centro Virtual de Arte Argentino del portal del gobierno de la ciudad de Buenos Aires dice al respecto: “Tal lo sucedido en Lanín. Partiendo de su taller, Santa María se extendió a las casas aledañas y luego, por pedido de los vecinos, fue interviniendo la mayoría de las restantes. Si bien las decoraciones de los frentes se corresponden con las tipologías formales de su obra abstracta, y muchos de los motivos son desarrollos murales de sus ideas acerca de la pintura, los vecinos participaron en la elección de colores y en el grado admisible de transformación de sus propiedades. En ocasiones el barrio se reunió en cónclave deliberativo y celebratorio de la acción emprendida, como forma de seguir impulsando la intervención artística y constatar una personalidad por la que alcanzaran una identidad distintiva”.

En las fachadas intervenidas a lo largo del recorrido de la calle, la pretensión del artista ha sido clara: "Estamos organizando una gran fiesta de los colores primarios para que participen todos los vecinos". Es lo que declaró Marino Santa María al diario Clarín el día de la inauguración de los trabajos, el 19 de abril de 2001. En ese momento, era la primera intervención urbana de estas características en la ciudad. Luego se producirían otras,  como los trabajos en el Pasaje Zelaya o en la cortada Discépolo del mismo Marino Santa María. Pero también hay de otros artistas.

Pero la calle Lanín fue diferente. Porque era la primera vez y porque la acción artística pretendía ser duradera y progresiva en el tiempo. Se originó en una iniciativa personal del artista para la fachada de su propia casa, se extendió a sus vecinos inmediatos y luego se generalizó incluyendo nuevos vecinos (40 casas en total), entidades públicas y empresas que colaboraron en el proyecto artístico y comunitario, que luego devino en centro de atracción turístico.  

En las distintas etapas, este emprendimiento ha recibido los auspicios del Ministerio de Cultura y Educación y de la Secretaría de Cultura de la Nación, de la UNESCO, del Museo Nacional de Bellas Artes, del Centro de Gestión y Participación Zona III de la Ciudad de Buenos Aires y de la Legislatura de dicha ciudad, que lo declaró de Interés Cultural. Aportaron fondos para su consecución la Jefatura de Gabinete de la Presidencia de la Nación, la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI), la Fundación Banco Ciudad durante la presidencia de Aníbal Jozami y actualmente el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, que en su oportunidad también mejoró el empedrado, las veredas y el alumbrado. En un primer momento la mano de obra fue proporcionada por 20 ayudantes, que eran alumnos del taller particular del artista.

El proyecto de la calle Lanín tiene dos aspectos: uno permanente, que encarna en la transformación plástica de los frentes y otro temporario, implementado mediante instalaciones que el artista realiza en el muro del ferrocarril que linda con la Av. Brandsen y que funciona como una galería a cielo abierto. Allí se han visto hasta ahora Huellas del aire en 2001 y Museo en 2008.
El día de la inauguración, dijo Santa María al diario Clarín: "El objetivo no es convertir esto en un museo al aire libre ni hacer peatonal la calle al estilo de Caminito. Lo mejor sería que no pierda el ritmo que tiene hoy para que el arte conviva realmente con la vida cotidiana. El arte público no tiene que tener funcionalidad, es simplemente para que esté al alcance de la gente que no va a los museos".

Marino Santa María nació en Buenos Aires el 26 de septiembre de 1949. Su infancia y gran parte de su vida transcurre en el número 33 de la calle Lanín del barrio porteño de Barracas. Es el mayor de los dos hijos de Marino Pérsico y Zoraida Santa María. Su padre era pintor, escultor y ceramista. Tenía un atelier en el salón delantero de esa dirección y en el galpón del fondo de la vivienda funcionaba el horno de cerámica. 

Estudio en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Manuel Belgrano” y se graduó de Maestro de Dibujo. Luego en la Escuela Superior de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” donde obtiene, en 1976, el título de Profesor de Pintura. En esta última institución asume como rector en 1992 hasta 1998. Desde este cargo impulsa la creación del Instituto Universitario Nacional de Arte. En el momento en que cesa como rector de la Escuela Superior de Bellas Artes, Santa María concibe el proyecto de la calle Lanín que se materializará tres años después. La obra del artista es amplia y abarca varias facetas y estilos que serán comentadas en otra entrada de este blog.

Una selección de 27 fotos propias se puede ver en este enlace:

Fuentes de información del texto:



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