Los barrios de
San Telmo y Montserrat, son los sitios fundacionales de la ciudad de Buenos
Aires. Son los lugares donde también se verifica el poco apego al patrimonio
histórico cultural que han tenido y tienen las autoridades nacionales y de la
ciudad. Esa vocación se perdió. Se terminó aproximadamente al comienzo de los
años ‘50 del siglo pasado. En los años ‘40 se extinguió la última generación de
la oligarquía liberal, ilustrada y positivista que le dio forma a Argentina y
a la ciudad. A partir de ese momento,
todo fue picota, destrucción y abandono del patrimonio.
Bajo el pretexto
de modernizar la ciudad, aún hoy se sigue autorizando la demolición de
edificios y casas que fueron orgullo de la arquitectura de Buenos Aires. Poco a
poco se le ha ido quitando identidad. No solo a la ciudad, sino también a las nuevas generaciones que han crecido
en medio de edificios planos, cargados
de vidrio y aluminio, con un mal gusto o desprecio absoluto por el diseño.
La calle Estados
Unidos (desde el comienzo hasta la Av. 9 de Julio) conserva viviendas de
diferentes épocas. Todas ellas se mantienen por vocación particular de sus
propietarios. Aunque va creciendo en los últimos 10 años, una costumbre o moda,
de comprar viejas casas en los viejos barrios para reciclarlas e intentar
recuperar su tradicional aspecto. Eso
está ocurriendo, no solo en San Telmo y Montserrat, sino también en la zona
este del barrio de Barracas y en el viejo Palermo, aunque hoy tengo nombres tan
exóticos y traídos de los pelos como “Palermo Soho” o “Palermo Hollywwod” o
“Palermo Queen”.
Imagen: ©sarmiento-cms
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios