Se inauguró en 1915. En su época fue la mayor terminal ferroviaria de Sudamérica y por su tecnología estaba dentro de las más avanzadas del mundo. Su diseño y construcción se corresponde a los códigos vigentes en la Europa de fines del siglo XIX. Junto a la terminal de Constitución, es uno de los símbolos del progreso del modelo agro-exportador que caracterizó a la Generación del 80. Es Monumento Histórico Nacional. Acaba de ser restaurada y ha recuperado parte de su esplendor. Está ubicada a metros de la plaza San Martín y frente a la Torre de los Ingleses. Es uno de los símbolos de la arquitectura de Buenos Aires.
La Estación
Retiro-Mitre fue, al inaugurarse, la terminal ferroviaria más importante de Sudamérica,
uno de las mejor realizadas a nivel
mundial, y por su despliegue arquitectónico y de construcción es uno obra capital en la ingeniería sudamericana. Se la conoce con
ese nombre compuesto porque al nacionalizarse en 1949, esa línea ferroviaria
recibió en nombre de Ferrocarril General Mitre. En su origen, fines del siglo XIX y comienzos del XX, se llamó Estación Central de la línea férrea
Central Argentino, construida y administrada por capitales ingleses y cuyo
ramal unía el puerto de Buenos Aires con las provincias de Córdoba, Santiago
del Estero, centro y sur de Santa Fe y terminaba en Tucumán, haciendo un
recorrido en diagonal desde el Río de la Plata hacia el noroeste de Argentina.
Está ubicada en
el barrio de Retiro, en la Avenida Ramos Mejías entre el 1340 y el 1358, frente
a la plaza Fuerza Aérea Argentina (antes de 1982, Plaza Britania) donde está
emplazada la Torre del Reloj que la comunidad británica residente en el país,
le regalo a Argentina en ocasión del Centenario de la Independencia, en 1910. Y
en diagonal se encuentra la plaza San Martín, que en tiempos del Virreinato del
Río de la Plata, se lo conocía como
corrales del Retiro, de ahí el nombre del barrio y la estación.
Este edificio
reemplazó a la precaria construcción de sus orígenes, realizada en hierro,
vidrio y madera, que se usó en forma ininterrumpida desde su inauguración en
1866 como F.C.C.A, por sus siglas Ferrocarril Central Argentino. Esta terminal
ya había sufrido un incendio en 1897 y para 1905 se planteó la necesidad de
dotar a la terminal de una estación acorde al progreso económico que dejaba el
modelo agro-exportar de la Argentina de entonces,
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El nuevo edificio
fue diseñado por un grupo de arquitectos ingleses radicados en Buenos Aires y
ligados a la comunidad británica y al
ferrocarril. Ellos fueron Eustace L. Conder, Roger Conder y Sydney G. Follett y
el ingeniero Reginal Reynolds, quienes
presentaron un proyecto en 1908 que posteriormente les fue aprobado. La
construcción empezó en junio de 1909 y fue inaugurara el 2 de agosto de 1915.
El diseño es
acorde a los patrones establecidos en Europa para las terminales ferroviarias
de fines del siglo XIX. El edificio se divide en dos grandes sectores y una amplia
zona de carga ubicada en los aledaños. En el primer sector se ubican el
vestíbulo, las confiterías y restaurantes y las boleterías. Aquí se siguió un
estilo arquitectónico propio del academicismo francés. En su interior – con más
de 20.000 metros cuadrados de cielorraso – fueron revestidos en mayólica de la
firma británica Royal Doulton. En la iluminación se incluyeron antorchas de
estilo florentino en los laterales de las columnas principales. El otro sector
cubierto corresponde a los andenes y movimiento de trenes. Es una estructura funcionalista
de hierro y vidrio, propio de la construcción inglesa de la Segunda Revolución
Industrial.
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Como indican las
firmas grabadas el pie de cada columna, la estructura de hierro fue realizada
en Liverpool por la firma Francis P. Morton & Co y trasladada luego a
Buenos Aires para su ensamble. Se
construyeron ocho plataformas. Todas están conectadas por túneles transversales
y cada una de ellas tiene un montacarga para el trasiego de equipajes, bultos y
encomiendas. Ese conjunto está bajo la bóveda de dos grandes naves paralelas de
250 metros de largo y 50 metros de ancho cada una. Cada una de estas naces
tiene una altura máxima de 25,15 metros y están sostenidas por un arco de
hierro de cañón corrido que sostienen arcos colocaros cada diez metros. El
conjunto de hierro tiene un peso aproximado de 8.000 toneladas. La tecnología
de paragolpes de los andenes fue la más avanzada en su tiempo. Se afirmaba que
podía detener una formación ferroviaria de 750 toneladas a una velocidad de 16
km/hora.
La parte
destinada a los viajeros tiene detalles de gran diseño. Se aprecia en los
detalles de hierro labrado y la señalética en bronces que tienen las boleterías
y las principales áreas de servicios. Los detalles de madera labrada del frente
de las boleterías, las puertas y resto de boiserie de las principales estancias
de espera y de servicio, como así también las salamandras para la calefacción de los recintos. En el
vestíbulo de ingreso, frente a las boleterías, se destaca una amplia cúpula
iluminada. En la confitería es notable la cúpula central con un vitral de
grandes dimensiones, desde donde baja una lámpara de bronce con opalinas
nacaradas. En el primer piso de esta confitería, ubicada en el lado oeste del edificio, se
encontraba un restaurante y terraza que daba a la plaza donde está emplazada la
Torre de los Ingleses. Desde ahí se
podía observar todo el paisaje del río hacia un lado y hacia la plaza San
Martín por el otro.
En 1997 el
edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional. En sus consideraciones, la
Comisión Nacional de Monumentos y Lugares Históricos destacó que se trata de "un claro símbolo de la idea de
progreso que sustentaba la generación del '80" y la culminación del
proyecto de tendido de los ferrocarriles, iniciado a mediados del siglo XIX, y
cuya red, abierta entre las provincias y el puerto de Buenos Aires, permitió la
distribución tanto de los inmigrantes cuanto de los productos
agrícola-ganaderos".
Hoy la Estación
Retiro-Mitre es una importe terminal de líneas suburbanas de la zona norte del
conurbano de la ciudad de Buenos Aires. También es cabecera de las líneas férreas
que van al centro y norte del país, pero el declive del transporte ferroviario
de larga y media distancia, le han quitado el dinamismo de otros tiempos. Con
todo, la circulación de personas es muy alta. Se menciona la cifra de 600.000
pasajeros por día, pero la cifra debe tenerse como tentativa ya que no
especifica si se refiere a esta sola terminal o también incluye a las otras
estaciones que también están ubicadas en Retiro. Me refiero a las terminales de
la líneas Belgrano y San Martín. No obstante, es una cifra importante.
Fotografía ©sarmiento-cms
.
Elaborado con
información de Arcón de Buenos Aires y Wikipedia. Para ampliar información
tanto gráfica como textual, haga clic en
los enlaces.
Muy interesante!!
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