No es el lugar que uno imagina. Desde el exterior, nada indica que alberga una concentración de 1500 funcionarios que es el corazón de la maquinaria política y administrativa de la Ciudad de Buenos Aires. Es un espacio libre de sospecha de albergar la típica, tediosa y temida burocracia estatal. Más bien parece un centro de artes, un gran espacio expositivo. También podría un ser un museo, un lugar de convenciones o de amplias reuniones comunitarias. Pero el edificio diseñado por el arquitecto Norman Foster y desarrollado por el estudio Foster + Partners, es la sede del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires desde marzo del 2015.
Cuatro años después
de su habilitación, ya pocos destacan
las características medio
ambientales de este edificio de
alrededor de 45.000 metros cuadrados, desplegados en 4 niveles
superiores y dos inferiores. Pero en el período de construcción, entre el 2010
y 2015, tanto el gobierno de la ciudad
como los principales medios, pusieron la
atención en su carácter de edificio
sustentable.
Tal denominación viene
añadida con el certificado LEED Silver (Liderazgo
en Energía y Diseño Ambiental), una calificación que se obtiene cuando un
edificio es autosustentable en materia de climatización, iluminación y acústica
general. El calificativo, en suma, no es más que una síntesis descriptiva de
cuando un espacio aprovecha al máximo las ventajas comparativas del entorno
para iluminarse, lograr la temperatura adecuada a bajo costo energético y
amortiguar los ruidos del entorno, al
tiempo que se crea un clima de serenidad interior. Pero cuatro años después de
su inauguración, los vecinos de la ciudad prestan más atención a sus características
arquitectónicas que a los aspectos técnicos de ingeniería.
En la página
oficial del estudio Foster + Partners se puede leer esta descripción de su
trabajo
“El edificio
sostenible que será la nueva sede corporativa del Buenos Aires Ciudad Casa de
Gobierno, actualmente en construcción, ocupa una manzana entera en el barrio de
Parque Patricios. El proyecto es reflejo del parque donde se encuentra el
edificio, con patios ajardinados y pasarelas sombreadas, y utiliza materiales
que se inspiran en el pasado industrial del emplazamiento para reforzar el
carácter único del barrio. El proyecto se extiende hasta los lindes del
emplazamiento y está organizado como un campus interno de «pueblos»
interconectados por vías de circulación y patios exteriores ajardinados. Los
luminosos espacios están unificados por una cubierta fluida que se sustenta en
esbeltos pilares y se proyecta para dar sombra a la gran plaza de acceso. Un
atrio que se eleva por toda la altura del edificio dirige la circulación a
cuatro niveles de espacios de oficinas aterrazados, todos ellos con vistas
directas al parque. Sobre una retícula de ocho metros cuadrados, las amplias
placas de piso permiten un alto grado de flexibilidad en la planificación de
los espacios de trabajo. Este proyecto pretende tener un impacto ambiental y
social positivo en la ciudad y forma parte de una iniciativa general de
regeneración del barrio de Parque Patricios, un antiguo parque empresarial de
industria ligera situado al sur del centro urbano, que ahora emerge como foco
de atracción de industrias de alta tecnología. Se trata del primer proyecto de
oficinas que lleva a cabo el estudio en Argentina e incorpora distintos elementos
de sostenibilidad con el objetivo de conseguir la acreditación LEED Silver.
Entre ellos está la utilización de la masa térmica expuesta de los tableros de
fondo de hormigón con vigas frías con fines de refrigeración, así como la
reducción de la demanda energética gracias a las fachadas en sombra —que se
orientan en función de la trayectoria del sol— y el fomento de la ventilación
natural”.
Unos meses antes
de la inauguración, el arquitecto Norman Foster decía: "La sustentabilidad
está relacionada fuertemente a los recursos locales y el clima, y el edificio
de Jefatura de Gobierno de Buenos Aires es una gran demostración de cómo la
arquitectura puede trabajar con la naturaleza, a través de medios ambientales
pasivos, para reducir el uso de energía. El techo se extiende como un cannopy
para dar sombra, su estructura de hormigón que parece ondular libremente es
tanto simbólica, como un edificio cívico y funcional en la regulación de la
temperatura. Las celosías en las fachadas este y el oeste protegen el interior
del deslumbramiento directo, mientras que los patios permiten el acceso de la
luz solar en el corazón del edificio; de esta manera, el diseño del edificio es
en gran medida una respuesta a su emplazamiento y al clima. El proyecto ha
tenido un papel fundamental en la regeneración de este antiguo barrio
industrial de la ciudad".
Mientras que David
Summerfield, Jefe de Estudio en Foster + Partners, comentaba sobre este
proyecto: "Este es un hito
importante para nuestra oficina, y estamos orgullosos de que sea nuestra
primera obra cívica en Argentina, siendo una oficina gubernamental tan
importante para Buenos Aires. Su diseño es en gran medida una respuesta al
contexto local, social y ambiental. Nuestro objetivo ha sido generar un
edificio de gran flexibilidad, que celebra el maravilloso clima de la ciudad y
su ubicación junto al parque, además de hacer un aporte positivo a la
renovación del barrio".
El edificio de Foster
está ubicado en la manzana delimitada por las calles Uspallata, Los Patos,
Atuel e Iguazú, del barrio Parque de los
Patricios, frente al espacio verde del mismo nombre. Un barrio que en sus orígenes (hacia 1870)
albergó los basurales de la ciudad. Por ese tiempo a la zona se la mencionaba
popularmente como “el barrio de la quema”,
porque se incineraba la basura. En la primera mitad del siglo XX, el antiguo barrio marginal, se
industrializó al ritmo del país y de
la ciudad. Con una ubicación contigua al
barrio de Barracas, lugar de asentamiento de
las curtiembres que poblaron la ribera del Riachuelo desde tiempos de la
colonia, el barrio Parque de los Patricios se fue cargando de pequeños talleres
y depósitos industriales. Al mismo tiempo, creció el
parque público con la habilitación de tres espacios: el Parque España, el
Parque Florentino Ameghino y el Parque
de los Patricios que, con sus 9
hectáreas, es uno de los más grandes de la ciudad, junto al Parque Lezama.
El edificio de
Foster se instala en un lado de este espacio verde, forestado a la manera que
lo pensó en el siglo pasado el arquitecto y paisajista
Carlos Thays, con abundante cantidad de Tipas,
de unos cinco metros de altura y varios años de desarrollo. El Parque de los Patricios es el gran pulmón verde
del suroeste de la ciudad. A su alrededor son pocos los edificios de gran
envergadura. Más bien, es el límite entre los altos edificios del lado
norte y las casas bajas del lado sur. El diseño tiene en cuenta este aspecto y lo aprovecha al máximo.
Al respecto, en
relación al exterior, el equipo de
proyecto explica lo siguiente: Exteriormente,
el edificio se caracteriza por su techumbre flotante, la que se estructura por
pilares y se extiende en un profundo voladizo para dar sombra a la plaza de
acceso y las fachadas. En el interior, el techo abovedado de hormigón a la
vista expone su textura. El uso de materiales industriales refuerza el carácter
anterior de las fábricas de Parque Patricios, mientras que la masa térmica de
los plafones de hormigón, en combinación con las corrientes frías, ayudan a
regular naturalmente la temperatura y a mantener las oficinas ventiladas. El
proyecto será el primer edificio público Argentino en lograr la certificación
LEED Silver. Cada aspecto de la planificación fue diseñado en respuesta a las
condiciones climáticas locales, incluyendo la composición de cada fachada; las
elevaciones oriente y poniente son sombreadas por una pantalla de celosías, que
cubren la altura total del edificio.
El acceso al edificio de casi 25 me de altura, es a través de un atrio
empinado que revela a primera vista las cuatro plantas superiores. Este atrio se
eleva toda la atura del edificio, extendiéndose a lo ancho, y los cuatro niveles de oficinas ingresan al
espacio como balcones. Todos ellos con vista directa al parque.
Los muros
acristalados de altura completa llenan el espacio con luz natural y generan una
conexión visual con el parque adyacente. Los cuatro niveles de espacios de
trabajo se retranquean para crear una secuencia de terrazas internas. Todos los
pisos están conectados por rutas de circulación de iluminación superior,
interrumpidos por dos grandes patios ajardinados. Los espacios de actividad son
abiertos, iluminados de forma natural, y visibles, garantizando una buena
comunicación entre los departamentos y promoviendo un alto sentido de
comunidad.
La plaza de
acceso está sombreada por una ondulante cubierta de hormigón que se apoya en
esbeltas columnas del mismo material. En
el interior, el techo abovedado de hormigón está texturado y expuesto volviendo
a mostrar las ondulaciones en el alero voladizo exterior, como protección de la
cristalera de la fachada trasera.
Fotos: sarmiento-cms
/ El Jinete Imaginario
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