La plaza es siempre el corazón de un pueblo o ciudad. Hay plazas muy famosas en todo el mundo por razones específicas. La mayoría de ellas está asociada a un acontecimiento histórico o un hecho político o cultural o artístico. Por ejemplo la Piazza de San Marcos (Venecia) la Plaza de Tlatelolco (Ciudad de México) la Place de la Concorde (París) o Trafalgar Square (Londres). Y esa gran galería de sitio memorables, también hay un lugar para la Plaza de Mayo de Buenos Aires. Para los argentinos no es una plaza, es el centro de la historia, de su historia como país.
En septiembre de
2006 se estrenó en la plaza la
instalación artístico sonora Mayo, Los Sonidos de la Plaza (1945-2001).
Fue un trabajo de musicólogo y periodista Martín Luitt que definió su trabajo
como “una inmersión sonora en la historia”.
De más está decir que la presentación ese 10 de septiembre fue todo un éxito.
Los porteños acudieron en número como
para llenar el recinto y escuchar los
sonidos del 17 de octubre de 1945 o
los murmullos al principio y los cánticos después de las rondas de los jueves
de las Madres de Plaza de Mayo o el discurso de Alfonsin desde el Cabildo en el
estreno de la nueva democracia.
Aquella propuesta
sonora solo era posible porque la plaza es algo más que un recinto de
encuentros de la sociedad porteña. La Plaza de Mayo es la caja de resonancia
para lo bueno y para lo malo de todo lo que ocurra en la sociedad argentina.
Los límites emocionales de la plaza son las
fronteras de Argentina. Los límites físicos son apenas dos manzanas
delimitadas por las calles Rivadavia, Balcarce, Hipólito Irigoyen y Bolívar. Un
lugar ubicado en el extremo Este de la ciudad pegado al Río de la Plata en sus
orígenes, aunque ahora el río ha quedado bastante lejos por la constante
expansión de la ciudad sobre la costa.
La plaza es el
sitio donde Juan de Garay puso el famoso tronco que simbolizaba la justicia,
para dejar fundada por segunda vez la ciudad. Fue el 11 de junio de 1580,
cuarenta y cuatro años después de la primera fundación de Pedro de Mendoza en
febrero de 1536. Esta fue en las barrancas del actual Parque Lezama. Pero Garay
prefirió los bajos de esta zona de la costa. A partir de ahí, trazó las
mensuras que establecerían las titularidad de las tierras repartidas entre el
casi centenar de hombres que lo acompañaron desde Asunción del Paraguay.
El 25 de mayo de
1941, ciento treinta y un años después del primer gobierno patrio
argentino, la Comisión Nacional de
Museos y Monumentos Históricos, colocó una plaza de bronce al pie de la
Pirámide de Mayo (realizada por el escultor Manuel F. Vilaboa) con un texto que
refleja fielmente la historia del lugar:
“En
esta Plaza Histórica el fundador Juan de Garay plantó el símbolo de la justicia
el 11 de junio de 1580. La Plaza Mayor fue desde entonces el centro de la vida
ciudadana donde el pueblo celebró sus actos más solemnes como sus fiestas y
expansiones colectivas. La Reconquista y la Defensa de la ciudad culminaron en
la Plaza Mayor que se denominó Plaza de la Victoria. En 1810 fue el glorioso
escenario de la Revolución de Mayo y en 1811 levantose en ella la Pirámide
conmemorativa de la fecha patria: hechos trascendentales de la Historia
Argentina se sucedieron en la Plaza de la Victoria. Aquí el pueblo de Buenos
Aires juró la Independencia de la patria el 13 de septiembre de 1816 y la
Constitución Nacional el 21 de octubre de 1860. El edificio de la Recova Vieja,
demolida en 1884 fue un rasgo característico en los tiempos de la Independencia
y de la Organización Nacional”.
La Plaza de la
Victoria a la que se refiere el texto era el actual sector oeste de la plaza,
del lado del Cabildo y culminaba en la Recova Vieja que no era otra cosa que un
gran mercado de frutos del país, donde se aprovisionaba el pueblo de la pequeña
ciudad que era entonces Buenos Aires. Al otro lado, del lado Este, en dirección
al río, estaba la Plaza del Fuerte, cuya muralla este daba directamente sobre
el agua. El espacio que ocupaba ese fuerte
es donde está la actual Casa Rosada, como comúnmente se conoce a la Casa
de Gobierno, sede de la Presidencia de la Nación. La Plaza de la Victoria era denominada
Plaza Mayor durante la época virreinal y al demolerse la Recova Vieja pasó a
denominarse Plaza de Mayo en honor al 25 de Mayo, fecha del primer gobierno
argentino y que dará lugar al comienzo de un largo proceso que culminará con la
Declaración de la Independencia en 1816.
La vida del lugar
hoy tiene muy poco que ver con sus orígenes. Es un lugar de trasiego intenso
desde las primeras horas del día, incluso un poco antes que aparezca el sol
sobre la costa del río. Alrededor se sitúan la Catedral metropolitana, El
Cabildo antiguo, la sede central del Banco de la Nación Argentina, la Casa
Rosada, el Ministerio de Hacienda y Economía, las oficinas centrales del principal
organismo impositivo del país, la AFIP, además de otros edificios de bancos y
aseguradoras. La plaza también es el eje del principal centro económico y
financiera del país, conocido como La
City Porteña. Todo esto explica por sí solo, la gran cantidad de personas que circulan por
ella a lo largo del día. Además de los turistas que, por cierto, no son pocos.
Galería de imágenes en Flickr en los álbumes Plaza deMayo – Amanecer (I) y Plaza de Mayo – Amanecer (II)
NOTA: para una información más pormenorizada,
sugiero consultar estos enlaces de Wikipedia y Arcón de Buenos Aires
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