La Plaza de la Constitución es uno de los principales centros de transferencia de transporte de la Ciudad de Buenos Aires. Una terminal ferroviaria, la Línea C de Subterraneos, más de 40 líneas de autobuses urbanos y más de una decena de pequeñas combis de transporte privado, son los encargados de aportar el millón largo de personas que circulan por el lugar entre las 6 de la mañana y los 18 hs. En las horas pico, solo el ferrocarril urbano deja 5.000 personas cada 10 minutos en esa plaza. Luego de un largo período de abandono administrativo y desidia en soluciones de infraestructura, parece ahora tomar otra vez el ritmo de crecimiento comercial que supo tener en otros tiempos.
Es el típico
lugar en donde nadie quiere estar pero está obligado a pasar y hacer una breve
estadía. En un tiempo fue un hermoso paseo, con cuevas y castillos de misterio
para entretener a los vecinos y visitantes de la ciudad, que llegaban desde el sur en el Ferrocarril
del Sud, luego General Roca. Pero eso fue hasta 1970. Luego, el destino de la
plaza fue la de terminal de transporte, con todos los inconvenientes que eso
significa. Un “No Lugar”, como definió
Marc Augé a esos sitios en los que se está sin estar, se está de paso, se está
siempre yendo a otro lado. Es la definición que dio el antropólogo francés a
las terminales de transporte en los
centros urbanos. La Plaza Constitución es uno de esos ejemplos perfectos de su
teoría.
Más de un millón
de personas circulan por su espacio de más de 8 hectáreas, dividido en dos
áreas por la Avenida Garay que la cruza por el centro. La plaza está ubicada en
la Comuna 1 de la Ciudad de Buenos Aires, en un sector delimitado por las
calles Lima (oeste), la Autopista Arturo
Frondizi o Lima Este (este), la Av. Brasil (sur) y la calle Constitución
(norte). La densidad, que se intensifica en las primeras horas del día y hacia
el atardecer, es la consecuencia de que confluyen la terminal ferroviaria del
sur, la línea C de transporte subterraneo, dos ramales del MetroBus, 42 líneas
de autobuses urbanos y un número no determinado de transportes privados de
pasajeros. En las 10 horas de mayor intensidad, el ferrocarril deja en la plaza
a 5.000 personas cada 10 minutos. Esto nos da una magnitud y porqué está
crónica se titula “Una Marea en
Movimiento”.
En estos días de
diciembre de 2017, la plaza muestra un aspecto renovado, luego de años de abandono. Se construyó una
terminal vidriada en el sector justo frente a la estación ferroviaria, que
permite a los viajeros combinar – sin salir a la superficie – los servicios de
tren y subterraneo; al tiempo que les permite a estos últimos, combinar con las
líneas de autobuses sin pasar por la terminal ferroviaria. Es un centro de
transbordo de 2.000 metros cuadrados, construidos en una estructura de hierro,
vidrio y aluminio, con una altura de 6 metros y una profundidad de 4,60 metros.
La obra no es un alarde de ingeniería, pero es efectiva en la solución y se
tardó unos 5 años en construirla. Un plazo desmedido para sus características. En
el resto de la plaza se han mejorado notablemente las veredas de circulación,
los andenes para los autobuses y parte de su arbolado. Aunque no se sabe muy
bien por qué, el sector norte (sobre la calle Constitución) sigue ocupado en su
integridad por una obra, sobre la que se desconoce su funcionalidad.
En otro tiempo
supo tener un generoso arbolado, además de áreas recreativas. Es que el
arquitecto municipal Juan Antonio Buschiazzo, siguiendo la línea paisajística
de Carlos Thays, pobló el lugar con lapachos, jacarandá, plátanos y algunos
ombúes. Además de colocar un emulación de castillo, rodeado de un pequeño bosque de arbustos, que
permitía a los visitantes, hacer una breve recorrido exótico y de entretenimiento.
Pero hoy solo quedan los plátanos perimetrales y unos pocos jacarandá, que en
las primaveras y veranos les dan un color violáceo al predio. La envergadura de
los árboles y el perímetro de sus troncos evidencian con claridad la antigüedad
de su implante, alrededor de 1885.
Ese año, el
Intendente Municipal Torcuato de Alvear (el modernizador de la ciudad, tal como
la conocemos hoy) ordenó a los equipos técnicos dirigidos por Buschiazzo, darle
entidad a un espacio que históricamente había sido un descampado. De esa época
solo queda hoy la traza que se le dio a la plaza y los monumentos: uno en homenaje a Juan José Castelli, inaugurada
el 20 de mayo de 1910 y ubicado en el centro; otro dedicado a José Antonio Páez, situado sobre la calle Constitución, frente a
la Iglesia del Inmaculado Corazón de María; y otro a Juan Bautista Alberdi,
inaugurada el 29 de agosto de 1964. Este último acaba de cambiar de lugar por
la construcción de centro de transbordo. Ahora está situado en la esquina de
Av. Garay y Lima.
Algunos datos históricos
En la época
virreinal era un lugar inexistente, un descampado que – además – no tenía
ninguna referencia geográfica. El lugar era un llano en donde la mirada se
perdía en el horizonte si se observaba hacia el oeste. Pero desde la
independencia (período 1810/1820) comenzó a ser una zona donde se instalaban
las carretas, que traían productos de los campos del sur, de la entonces
pequeña ciudad de Buenos Aires. La zona urbana y comercial importante eran los
Altos de San Pedro, actual barrio de San Telmo, a pocos metros un lugar del otro.
A mediados del
siglo XIX se le dio un nombre a esa concentración espontánea, que no solo albergaba
carretas, sino que también era el sitio en que hacían noche los reseros y
aparceros que conducían ganado. Se le dio el nombre de Mercado del Sur del Alto,
por estar ubicado en esa dirección en relación a los altos mencionados.
Y como en 1852, Argentina se dio su primera constitución política, entonces las
autoridades no encontraron mejor nombre para el lugar. Desde 1854 ya figura en
el catastro municipal como Mercado
Constitución.
A continuación – a manera de síntesis –
hago un listado de algunas fechas significativas en la historia de esta
plaza. Un lugar al que todos mencionan como Plaza Constitución pero que
oficialmente se denomina Plaza de la
Constitución. Hay crónicas periodísticas en estos últimos años, en la que
se le menciona como Plaza Garay, ya
que la Av. Garay la cruza justo por la mitad. Pero la verdadera Plaza Garay está 700 metros al oeste de
este sitio. Concretamente en la manzana circundada por las calles Pavón, Solís,
Pres. Luis Saenz Peña y Av. Juan de Garay, y que durante la colonia se llamaba Hueco de los Sauces.
** 1865 – Se inaugura la estación Constitución del Ferrocarril del Sud,
luego Ferrocarril General Roca y ahora “Línea Roca” de Trenes Argentinos. Este
fue un edificio de una sola planta, de arquitectura modesta, que también tenía
una línea tranviaria en dirección al centro de la ciudad, para trasladar a los
viajeros. Recordemos que en esos años no había calles hasta los Altos de San
Pedro.
** 1885 – El Intendente Municipal Torcuato de
Alvear resuelve erradicar el mercado y darle forma definitiva a la traza de la
plaza que hoy conocemos. Simultáneamente,
comienza la construcción de un nuevo edificio para la terminal ferroviaria. Esta vez con un
diseño de envergadura, tomando las formas de un palacete francés.
** 1907 – La empresa ferroviaria
resuelve ampliar el edificio por el creciente aumento de viajeros.
** 1909 – Se inaugura el Teatro
Variedades en la esquina de Av. Garay y Lima. Una obra del arquitecto Carlos
Nordmann. En su tiempo constituyó un importante foco de actividad cultural. Fue
demolido en 1961.
** 1914 – Comenzó la construcción de la
Iglesia del Inmaculado Corazón de María. Un templo neogótico, con dos cúpulas
en forma de agujas, rematadas en cruces, que puede verse desde larga distancia.
Aún hoy, que la ciudad ha crecido pero que la amplitud de la Av. 9 de Julio, hacia el norte, como la sección sur en forma
de Autopista, no ofrecen ningún obstáculo para identificarlas.
** 1933 – La Compañía Hispano Argentina
de Obras Públicas y Finanzas empezó la construcción de la actual Línea C de
Subterraneos, para conectar las terminales ferroviarias de Constitución y
Retiro, donde finalizan las líneas que van hacia el norte y oeste de Argentina.
Ese mismo año también comenzó la construcción de un nuevo edifico de la terminal ferroviaria, con
entrada principal por la Avenida Hornos. Se mantuvo la fachada de la Av Brasil
pero en su interior se modificó completamente.
** 1975 – La Av. 9 de Julio, que cruza
de norte a sur el centro porteño, fue extendida hacia el bajo por un lado y
hacia la Av. Caseros en el sur, por el otro. Esto significó la demolición de la
casa del presidente Hipólito Yrigoyen, situada en la Av. Brasil entre Bernardo
de Irigoyen y Lima. Esta ampliación dio lugar – años más tarde – a la
construcción de la Autopista Arturo Frondizi, un viaducto que cruza el
Riachuelo en dirección a Avellaneda.
La dinámica demográfica
constante y el aumento permanente de la actividad comercial e industrial,
indican que la plaza seguirá mutando en sus formas. Algunos emprendimientos
inmobiliarios parecen indicar que la zona puede recuperarse y progresar. El
barrio de Constitución (la zona alrededor de la plaza) fue duramente golpeado
en las sucesivas crisis económicas, particularmente en la del 2001. Actualmente
alberga una población combinada de clase
media y otra de limitados ingresos. En algún momento fue un centro importante
del ejercicio de la prostitución y supo tener, en el corazón la plaza, centros
de acopio de material reciclable que recogían en las calles los indigentes. Esa
etapa crítica fue superada y hoy no se verifica ese caso. Pero no termina de
tomar ritmo para tener el esplendor que supo tener hacia 1940 y 1950, cuyas
calles laterales eran una importante zona comercial de la ciudad.
Foto: ©sarmiento-cms
Con
información de Wikipedia.
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