miércoles, 8 de abril de 2015

HERAKLES ARQUERO Y CENTAURO HERIDO. Dos Obras de Antoine Bourdelle



En la ciudad de Buenos Aires están tres de las mejores obras de Antoine Bourdelles: Herakles arquero, Centauro Herido y el Monumento al General Alvear. A esta última, el autor la considera su obra maestra en el arte monumental. Las otras, son expresiones de momentos contrapuestos en su proceso creativo. Herakles arquero es la obra más famosa de Bourdelles. Terminada en 1909, se hicieron 10 copias del original con destino a diversas ciudades como Nueva York, Dallas, Toulouse o París. La imagen se llegó a reproducir hasta en los cuadernos escolares de los niños.


 Herakles Arquero

La imagen potente se percibe en su magnitud  ni bien el observador se colocar a corta distancia. No tiene un tamaño monumental como podría imaginarse. Esta figura de Hércules es una escultura de bronce hueco hecha a la cera perdida. Tiene una altura de apenas 2,40 metros, una longitud de 2,30 metros y una profundidad de 1,32 metros. Pero sus particularidades estilísticas generan la imagen de un volumen extenso de mayor magnitud. Pesa 500 kilos y está ubicada en la plaza Dante, sobre la Av. Pueyrredón, entre las avenidas Libertador y Figueroa Alcorta, muy cerca del Museo Nacional de Bellas Artes.

Mucho se insiste sobre el padrinazgo del escultor Auguste Rodín sobre Bourdelles. Es cierto que fue su discípulo. Estudió con él entre 1896 y 1904. Luego trabajaron juntos varios años más. Pero Antoine Bourdelles desarrolló un estilo propio y de ruptura con el sentido romántico de Rodín. Según diversas fuentes de la crítica, Bourdelles establece con el Herakles arquero, una bisagra en la escultura del siglo XX. Su importancia radica en la integración de las líneas planas  y los vacíos que envuelven, para generar una idea de volumen de magnitudes mayores a las que son en la realidad. Es el paso obligado del arte de fines del siglo XIX a la modernidad de la primera mitad del siglo XX.  

Herakles arquero es la obra más conocida de Bourdelles. Se realizaron de ella 10 copias del original para distintos museos del mundo. Una de ellas es la que está en Buenos Aires. La municipalidad pagó 20.000 pesos de la época. Llegó en 1938 y fue emplazada en la Plaza Lavalle. Pero en julio de 1944 fue traslada a su actual ubicación. Y pasó por varias vicisitudes. En la descomposición política, económica y social de Argentina en el año 2001, las obras en bronce se convirtieron en presa de la piratería del patrimonio. Desde la dirección de Monumentos y Obras de Arte del gobierno de la ciudad, decidieron sacarla y montarla en el mismo sitio pero con un nuevo anclaje de seguridad que evitara su robo. El trabajo de ingeniería duró 3 años. Todavía hoy, en  abril de 2015, sigue en su sitio, aunque le falta un pedazo del arco original.

En una columna firmada por Leo Vinci (publicada en el diario Clarín el 8 de agosto de 2005) titulada Esta obra es un privilegio para la ciudad, se dice:

El artista recupera para su obra una concepción arcaica de la escultura pero a la vez incorpora una estructura arquitectónica que le otorga un mayor ascetismo a sus imágenes impregnándolas de una presencia más intemporal y permanente, en contraposición con la enorme sensualidad de la obra de Rodin.

Sus obras que tienen gran vitalismo: en la que nos ocupa es posible observar la fuerza dada a la forma humana sumada a una construcción compositiva tensa y estable y al mismo tiempo en equilibrio entre lo dinámico de la actitud de la figura y la solidez estructural del conjunto.

Herakles arquero surgió a partir de un encargo del financista Gabriel Thomas. Este mecenas ya le había pedido la decoración del teatro del Museo Grevín. Para esa época Bourdelle empezaba a enseñar en la Academia de la Grande Chaumière. Fue elaborada en París en la fundición de Alexis Rubier en 1909. Pero se expuso por primera vez en el Salón de la Sociedad Nacional de Bellas Artes en 1910. La presentación de esta obra en bronce dorado, causó sensación y el deseo de Thomas – que fuera una sola copia – quedó en deseos. Se hicieron diez en la misma fundición y luego se hicieron otros ejemplares menores y más pequeños en bronce, como la del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires,  o yeso como la del Museo Ingrés de Montauban, Francia.

Bourdelle en su taller
La obra representa uno de los doce trabajos de Hércules (tal como lo llamaron los romanos). Se trata del sexto trabajo, el de abatir a los pájaros del lago Estínfalo que – según la mitología griega – eran unas aves carnívoras con alas, picos y garras de bronce, cuyos excrementos venenosos arruinaban los cultivos. El rey Euristeo pidió a Herakles que acabara con dichas aves. Luego de  muchos intentos se sintió abatido porque eran muchas para sus flechas, entonces pidió ayuda a Atenea para derrotarlas. 

Esta obra como, como Centauro Herido, forman parte de  la evolución de Bourdelle hacia una mirada más clásica, ascética, que se diferencia del expresionismo de Rodín en el que se había formado. En 1908, Bourdelle deja el taller de Rodín, aunque comparten trabajos en la escuela de Montparnasse que habían fundado, junto al también escultor Desbois, para la enseñanza libre de la escultura. Un año después aparece Herakles arquero.  Y nueve años antes, en 1900, luego de la decoración del teatro del Museo Grevín, Bourdelle empieza a marcar su propio estilo, alejado de los patrones de Rodín, con la Cabeza de Apolo, que es una obra significada por el escape del estilo accidental.

En el análisis de su obra, los críticos del Musee d’Orsay dicen lo siguiente:

A partir de 1905, Bourdelle busca líneas simplificadas: "Contener, mantener, controlar, esto es el orden de los constructores", repetía a sus alumnos. Encuentra de ahora en adelante parte importante de sus temas en la mitología, como en el Heracles arquero que le permite transponer sus investigaciones a gran escala. Según sus propios términos, el Apolo fue "emprendido en el sentido de controlar en él, todo lo más puro de mi visión profunda, dejando muy lejos todos los impulsos pasados; hice llegar a la forma más allá de la sangre, del hueso, del cartílago y de los músculos humanos, la estructura ambiente de las fuerzas".

Victoria del héroe sobre los monstruos, pero también de Bourdelle sobre su fogosa inspiración, la obra es notable, tanto por su tensión como por el equilibrio de su construcción. La dinámica procede del juego entre los llenos y los vacíos, la fuerza brutal y el equilibrio. El desnudo denota una potencia, un nerviosismo salvaje, dividido entre dos esfuerzos contrarios: el brazo que sujeta el arco y el pie que se apoya en la roca. El uso de la escultura griega primitiva y del arte románico – ojos de almendra, nariz en la continuación de la frente, pómulos y arcos de cejas salientes – es como una especie de catalizador de la modernidad.

Dentro de estas preocupaciones estilísticas, se enmarca la obra Centauro Herido. Está ubicada en la plaza Justo José de Urquiza, en el extremo sobre las avenidas Pueyrredón y Libertador. Según se acceda al Museo Nacional de Bellas Artes, es como el preámbulo de un encuentro con el arte. Esta junto al edificio en su lado sur. Es una obra de bronce patinado, emplazada sobre un basamento de piedra, y fue realizada en 1914.

Foto de César Manuel Sarmiento
Centauro Herido
La figura tiene una actitud doliente. El detalle de la cabeza recostada sobre el  hombro izquierdo carga de dramatismo la escena. El brazo derecho sobre la lira y la posición de las patas traseras le agregan una cuota romántica a la escena. No hay muchos datos  sobre esta obra, que tampoco aparece mencionada en la documentación del Museo Bourdelle de París, casi el sitio oficial del artista puesto que funciona donde tuvo su taller los últimos 20 años de su vida.

Tiene cierta economía de líneas, aunque otra voluptuosidad que Herakles arquero o mayor  seguramente. Las dos obras están separadas por unos 100 metros en sus emplazamientos. Entonces uno no puede menos que apelar a la mitología griega para encontrar algún parentesco en las obras, más allá de los aspectos  técnicos artísticos. Hay que recordar que el centauro Neso se enamoró de la prometida de Hércules, Deyanira, y el final no fue bueno para ambos. Dice escuetamente la enciclopedia Wikipedia:

En un acceso de lujuria, intentó raptar a Deyanira, la esposa de Heracles. Éste vio a Neso intentando violar a su esposa desde el otro lado del río Eveno y le disparó una flecha envenenada de la sangre de la Hidra de Lerna (la cual aniquilo en uno de sus doce trabajos) al pecho. Como último acto de maldad, mientras agonizaba, Neso le dijo a Deyanira que su sangre aseguraría que Heracles le fuese siempre fiel. Deyanira le creyó, y cuando su confianza en Heracles empezó a menguar, untó una camisa con la sangre y se la dio a su marido, quien murió lenta y dolorosamente cuando la camisa quemó (con llamas reales o por el calor del veneno) su piel, recuperándose luego de escapar del Hades.

Émile Antoine Bourdelle  nació en Montouban el 30 de octubre de 1861 y murió en Le Vésinet-Yvelines el 1 de octubre de 1929. Fue uno de los más destacados escultores de la Belle Époque y  también principal antecedente de la escultura monumental del siglo XX. En nuestro país se ha hecho demasiado hincapié en su condición de discípulo de Rodín. Pero su obra tiene vuelo propio y puede considerarse como un puente a la modernidad que caracterizarían al arte del comienzo del siglo XX. Detalles de su vida y de su obra, encontrarán en los enlaces que dejo a continuación.


http://www.musee-orsay.fr/es/colecciones/obras-comentadas/escultura.html


También pueden consultar Historia General del Arte Argentino. Tomo VI. Academia Nacional de Bellas Artes.

GALERÍA DE IMÁGENES 

Herakles Arquero:  https://www.flickr.com/photos/sarmiento-cm/sets/72157651525840420/
Centauro Herido: https://www.flickr.com/photos/sarmiento-cm/sets/72157651419214637/

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